Es uno de los países más pequeños de la región en cuanto a población (10 millones de habitantes).
De modo similar a otros casos, Bielorrusia inició una profunda transformación hacía una economía de mercado tras la caída de la Unión Soviética. En esta senda y hasta la llegada de la crisis internacional sus tasas de crecimiento reflejaban crecimientos muy altos, de hasta el 10% en el 2008.
Los usos y costumbres de negocios son similares a los rusos, y todavía es muy grande la influencia que sobre el país ejerce Rusia.
Destaca la unión aduanera común que mantiene suscrita Bielorrusia con Kazajstán y Rusia. Las partidas arancelarias de importación están encabezadas por productos minerales, maquinaria y bienes de equipo, productos químicos, metales y producto alimentario.